La inflamación de las articulaciones puede causar dolor en ellas y, dependiendo de la causa, es posible que afecte una unión en particular o extenderse más, incluso, en todo el cuerpo.

De este modo, la hinchazón es la respuesta inmune normal del cuerpo a una lesión, infección o irritante. Las alergias, heridas y enfermedades también suelen ser el origen de ésta.
Las articulaciones que suelen doler con mayor frecuencia son la sacroilíaca, así como la rodilla, cadera y hombro. La primera está situada en los huesos de la pelvis, bajo la zona lumbar de la columna. De toda, la rodilla es, tal vez, la que sufre daños con más frecuencia y es muy susceptible al dolor.
Cuando existe inflamación, los vasos sanguíneos alrededor se dilatan para permitir que más sangre llegue al área, mientras que los glóbulos blancos, que juegan un papel determinante en la respuesta inmunológica del cuerpo, llegan al sitio dañado, donde trabajan para atacar cualquier infección o irritante.

Al corto plazo, la inflamación ayuda al cuerpo a atacar a los invasores peligrosos, sin embargo, cuando es crónica, dañar la articulación.
Las causas más comunes de este padecimiento son las lesiones y artritis inflamatoria, por ejemplo, lupus, artritis reumatoide y esclerosis sistémica.
Algunos síntomas de la inflamación de las articulaciones incluyen:
- Dificultad para mover la articulación afectada
- Hinchazón o protuberancia en la articulación
- Dolor o molestia
- Dolor en cualquier otro lugar, ya que una persona puede modificar sus actividades o patrón de movimiento debido a la molestia
- Enrojecimiento o calor alrededor de la zona afectada
El tratamiento correcto depende de la causa, pero algunas lesiones menores mejorarán por sí solas, con descanso y tiempo, mientras que las más graves necesitar tratamiento médico y, en ocasiones, cirugía. Un médico puede indicar cuál es la mejor terapia para ti y maximizar los beneficios.