Para comprender la bursitis, lo primordial es saber que la bursa es un pequeño saco que contiene líquido, el cual actúa como protección y amortiguación entre un hueso y otras partes móviles del cuerpo, como músculos, tendones o la piel.
Por lo tanto, este padecimiento se define como la inflamación de la bursa y, generalmente, se produce por el uso excesivo de una articulación, movimientos repetitivos o una lesión.

Debido a que, normalmente, esta enfermedad se presenta en hombros, codos, muñecas, caderas, rodillas y tobillos, es común que también sea causada por apoyarse en superficies duras por un largo periodo.
De igual forma, la artritis, gota, enfermedades de la tiroides y diabetes pueden ser detonadores de este malestar.
Sus principales síntomas son hinchazón y dolor alrededor de las articulaciones, por lo que los tratamientos están enfocados a eliminar estas manifestaciones.

¿Cómo se trata?
Estos son los procedimientos más comunes,
sin embargo, lo ideal es acudir al especialista
- Fisioterapia.
- Descanso.
- Elevación de la zona afectada.
- Medicamentos que combatan la inflamación.
- Poner compresiones en el área lastimada.
- Inmovilizar la zona.
- En caso de infección, el médico receta antibióticos.


A través de una entrevista clínica, radiografías, resonancias magnéticas, exploración o una muestra de líquido para ver si existe infección, es como el doctor podrá diagnosticar el padecimiento.

Por esta razón, es importante que en cuanto se presenten alguno de los síntomas anteriormente mencionados, se acuda con el especialista, para que le dé la atención médica necesaria.