Si los tratamientos con medicamentos y el uso de soportes para caminar ya no son útiles, es posible que desees considerar la cirugía de reemplazo total de rodilla. La cirugía de reemplazo articular es un procedimiento seguro y eficaz para aliviar el dolor, corregir las deformidades y ayuda a reanudar tus actividades cotidianas.
Los reemplazos totales de rodilla son uno de los procedimientos más exitosos de toda la medicina. Según la Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención Médica, en 2017, se realizaron más de 754,000 reemplazos de rodilla en los Estados Unidos.

La causa más común de discapacidad y dolor crónico de rodilla es la artritis. Aunque existen muchos tipos de artritis, la mayoría de los dolores de rodilla son causados por solo tres tipos: osteoartritis, artritis reumatoide y artritis postraumática.
- Osteoartritis. Este es un tipo de artritis de «desgaste» relacionada con la edad. Por lo general, ocurre en personas de 50 años o más, pero también puede ocurrir en personas más jóvenes. El cartílago que amortigua los huesos de la rodilla se ablanda y se desgasta. Luego, los huesos se frotan entre sí, causando dolor y rigidez en la rodilla.
- Artritis Reumatoide. Esta es una enfermedad en la que la membrana sinovial que rodea la articulación se inflama y se engrosa. Esta inflamación crónica puede dañar el cartílago y eventualmente causar pérdida de cartílago, dolor y rigidez. La artritis reumatoide es la forma más común de un grupo de trastornos denominados «artritis inflamatoria».
- Artritis postraumática. Esto puede ocurrir después de una lesión grave en la rodilla. Las fracturas de los huesos que rodean la rodilla o los desgarros de los ligamentos de la rodilla pueden dañar el cartílago articular con el tiempo, causando dolor en la rodilla y limitando su función.
Hay varias razones por las que su médico puede recomendar una artroplastia de rodilla. Las personas que se benefician del reemplazo total de rodilla a menudo presentan:
- Dolor severo o rigidez en la rodilla que limita las actividades diarias, como caminar, subir escaleras y sentarse. Puede ser difícil caminar más de unas pocas cuadras sin un dolor significativo y puede ser necesario usar un bastón o una andadera.
- Dolor de rodilla moderado o severo mientras descansa, ya sea de día o de noche.
- Inflamación e hinchazón crónica de la rodilla que no mejora con reposo o medicamentos.
- Deformidad de la rodilla: una inclinación hacia adentro o hacia afuera de la rodilla.
- No mejorar sustancialmente con otros tratamientos, como medicamentos antiinflamatorios, inyecciones de cortisona, inyecciones lubricantes, fisioterapia u otras cirugías.
En caso de presentar una o más de las razones anteriores, es sumamente importante acudir con su médico para realizar una evaluación. Una evaluación con un cirujano ortopédico consta de varios componentes:
- Historial médico. Su cirujano ortopédico recopilará información sobre su salud general y le preguntará sobre el alcance de su dolor de rodilla y su capacidad para funcionar.
- Examen físico. Esto evaluará el movimiento de la rodilla, la estabilidad, la fuerza y la alineación general de la pierna.
- Rayos X. Estas imágenes ayudan a determinar la extensión del daño y la deformidad en su rodilla.
- Otras pruebas. En ocasiones, es posible que se necesiten análisis de sangre o imágenes avanzadas, como una resonancia magnética (IRM), para determinar el estado del hueso y los tejidos blandos de la rodilla.