El pie zambo no es doloroso durante la infancia. Sin embargo, si no se trata correctamente permanecerá deformado y acciones como caminar serán prácticamente imposibles de realizar. Sin embargo, con el tratamiento adecuado, la mayoría de los niños pueden disfrutar de una amplia gama de actividades físicas con poco rastro de la deformidad.

En el pie zambo, los tendones que conectan los músculos de la pierna con los huesos del pie son cortos y tensos, lo que hace que el pie se tuerza hacia adentro.
Aunque el pie zambo se diagnostica al nacer, muchos casos se detectan por primera vez durante una ecografía prenatal. En aproximadamente la mitad de los niños con pie zambo, ambos pies se ven afectados. Los varones tienen el doble de probabilidades de presentar dicha deformidad.

Diversos estudios e investigaciones aun no logran identificar la causa del pie zambo. La teoría más aceptada es que el pie zambo es causado por una combinación de factores genéticos. Sin embargo, lo que se sabe es que es altamente hereditario.

El objetivo del tratamiento es obtener un pie funcional y sin dolor que permita estar de pie y caminar con la planta del pie apoyada en el suelo. El “Método Ponseti” es la técnica más utilizada alrededor del mundo. Esta utiliza una serie de estiramientos suaves y yeso para corregir gradualmente la deformidad. El tratamiento debería comenzar idealmente poco después del nacimiento, pero los bebés mayores también han sido tratados con éxito con el método Ponseti.
